Dolencias como condropatias, artrosis, roturas tendinosas, epicondilitis, epitrocleitis o fasicitis plantar, entre muchas otras, se pueden tratar sin diferencia de edad y mediante la infiltración de estas células en la zona dañada. Al tratarse de una operación ambulatoria, no nos impide mantener nuestra actividad diaria, laboral o, incluso, la práctica deportiva durante el tiempo estimado para una completa recuperación, generalmente entre dos y tres meses.
El proceso es muy básico, de forma ambulatoria como he señalado anteriormente, seguro y con resultados comprobados eficaces, sin la necesidad de someterse a cirugías no satisfactorias. Hoy por hoy, la extracción de las células en el propio paciente es la única forma de poder procesarlas y aplicarlas, ya que son individuales y propias de cada persona, sin poder obtenerlas, ni con medicamentos, pastillas o tan siquiera de otro familiar.
Por su facilidad de aplicación, seguridad, positivos resultados y, sobre todo, por no existir contraindicaciones, este tratamiento está considerado como una práctica atractiva. Además, no resulta un tratamiento caro en comparación con una cirugía tradicional.
Lo que nos reta cada día a los profesionales que lo realizamos es su utilización y la búsqueda de un mejor procesamiento que nos permita ofrecer a los pacientes un servicio cada vez más práctico, cómodo, seguro y útil para su salud.